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Esta sita, que se acerca a los comederos en busca de semillas de girasol o sebo, puede pasar mucho tiempo trabajando arduamente para trasladar semillas con el objetivo de ocultarlas en grietas. Sus sonidos nasales son comunes en las mañanas invernales en los bosques caducifolios de una gran parte de América del Norte.

Esta sita, con sus sonidos silenciosos y su hábitat de coníferas tupidas, puede pasar desapercibida hasta que baja de un árbol hacia el suelo. No suele temerle a los humanos y puede acercarse mucho a una persona que se encuentre de pie tranquilamente en un bosquecillo de coníferas. La sita canadiense nidifica en regiones más nórdicas y de montañas más altas que sus parientes. Cuando los alimentos del invierno no abundan en estos bosques boreales, migra cientos de kilómetros hacia el sur.

Es una sita pequeña que habita en los bosques de pino del sureste. Estas aves, que viven en parejas o familias durante todo el año, se oyen antes de avistarlas: 'conversan' entre sí de manera constante mientras trepan activamente por las ramas. En invierno, pequeños grupos de sitas de cabeza castaña se suman a bandadas mixtas (con carboneros, pájaros carpinteros y parúlidos) para buscar alimento.

Esta ave pequeña y acrobática de los bosques de pino del oeste se avista en bandadas pequeñas y locuaces, mientras trepan por las ramas, piñas y racimos de pinocha más altos. Es un ave sociable en todas las estaciones: pasa el invierno buscando alimento en bandadas de 5 a 15 aves, y por la noche todas se posan juntas en una cavidad. En la etapa de nidificación, una pareja puede tener hasta tres 'ayudantes' que traen alimento para las crías.