Siga el dinero hacia energías que no generan emisiones

La energía solar y eólica ya son opciones viables.

Nota del editor: Ante el monstruoso desafío del calentamiento global, una narrativa de futilidad ha echado raíces: "Durante décadas, no hemos hecho nada para solucionar este problema y ahora ​​no hay manera de detenerlo". Tres sabios estrategas nos hemos reunido para convencerlo de que ambas partes de dicha declaración son totalmente erróneas.

 

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En 2008, Al Gore hizo una proclamación al estilo de John F. Kennedy de que era posible alcanzar el 100 por ciento de energía renovable en tan solo diez años; todo lo que necesitábamos era la fuerza de voluntad. A partir de ese discurso, los precios de la energía eólica y solar se han reducido en más del 50 por ciento. Una gran cantidad de datos demostraron la eficiencia energética e hicieron posible la integración de las diversas formas de energía renovable, sin los apagones previstos. Y numerosos análisis acerca de la viabilidad de adoptar energía limpia fueron realizados por National Renewable Energy Laboratory, la Agencia Internacional de Energía, las Naciones Unidas, Rocky Mountain Institute, la Universidad de Stanford, European Climate Foundation, la Universidad de Delaware, Google, The Solutions Project y otros. Ya sea que se trate de datos del gobierno de los Estados Unidos, datos de McKinsey o de datos de los servicios eléctricos, todos confirman que una transición global completa hacia la energía limpia es factible, de manera tanto técnica como económica. Las barreras para lograr ese objetivo son sociales y políticas.

 

Muchos han criticado a los Estados Unidos por no ser el líder mundial de facto de las soluciones y las políticas sobre el cambio climático. Japón, Alemania e incluso Costa Rica se alzan como ejemplos de naciones que han hecho un mejor trabajo. Pero Estados Unidos es un gran país, con más de 310 millones de personas y 3,000 empresas eléctricas. Claro, hemos dejado que otros lideren el camino, pero hemos sido un rápido seguidor en cuanto a energía eólica y solar. De hecho, Estados Unidos ha añadido más de 150 millones de kilovatios-hora de energía renovable desde 2003, lo suficiente para satisfacer casi todo nuestro aumento gradual de demanda de energía, durante ese intervalo de tiempo. Con más de 30 estados que han establecido objetivos de electricidad renovable, o mandatos, que proporcionan una orientación clara al mercado, muchos predicen que el 100 por ciento de toda la nueva generación neta de electricidad en los Estados Unidos provendrá de fuentes de energía que no produzcan emisiones. El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, insiste en que "es necesario desarrollar nuevas energías que produzcan cero emisiones durante la segunda mitad del siglo". Ahora podemos ver que eso es posible.  

 

No hay duda de la tremenda capacidad de expansión de las energías renovables. A nivel mundial, la energía solar se ha desplegado a razón de 80 mil millones de dólares al año durante los últimos años (está creciendo más rápido que los teléfonos celulares) y sigue siendo la tecnología menos utilizada que ya se ha comprobado que evita los efectos del cambio climático. ¿Cómo menos utilizada? Tengamos en cuenta que Australia ha colocado energía solar en dos millones de hogares, en menos de cinco años. Eso es un sistema solar por cada doce personas. En los Estados Unidos, tenemos menos de un millón de sistemas solares domésticos instalados. Para igualar a Australia, necesitaríamos construir casi 27 millones de nuevos sistemas solares domésticos en los próximos cinco años, una inversión de 400 mil millones de dólares. 

 

Suena como una cifra de enormes proporciones, ¿verdad? En realidad, no. Eso es porque la mayoría de la innovación en el ámbito de la electricidad renovable no ha provenido de las nuevas tecnologías, sino del sector financiero. En 2005, la compañía que fundé, SunEdison, desarrolló el primer fondo únicamente para energía solar de Goldman Sachs y dio inicio al auge de la energía solar "sin pago inicial". En 2013, NRG Energy dio un paso más y colocó algunas de sus centrales de gas, energía solar y energía eólica en un mercado bursátil público llamado YieldCo. El objetivo era atraer a los inversores institucionales que querían un mejor rendimiento de lo que podrían obtener de la compra de bonos corporativos. Funcionó tan bien que SunEdison, NextEra Energy y Pattern Energy han seguido su ejemplo, y cualquier persona puede comprar sus acciones y recibir un cheque de dividendos estable a partir de energías renovables. Los inversores institucionales están ahora tan complacidos con los rendimientos estables a partir de la energía renovable que han destinado grandes cantidades de dinero para nuevos proyectos, y están descubriendo que están compitiendo por los pocos que aún no han sido asignados. Existe más dinero en busca de proyectos que proyectos a financiar. 

 

Los científicos dicen que para evitar los peores impactos del cambio climático tenemos que reducir nuestras emisiones en un 80 por ciento. Ahora somos capaces de alcanzar nuestros objetivos de cambio climático con las tecnologías existentes, debido al inmenso poder del modelo de negocio y la innovación financiera. La energía solar, energía eólica, biomasa, geotérmica, eficiencia energética, combustibles limpios para el transporte, alimento local, tecnologías de ahorro de agua y muchos otros son ahora rentables para las comunidades en todo Estados Unidos. Lo que necesitamos son personas apasionadas con buenas conexiones locales. Para alcanzar nuestros objetivos para el año 2030, necesitamos que cien mil personas convenzan a sus comunidades de comprar por lo menos 1 millón de dólares de soluciones rentables para el cambio climático todos los años. Eso es más fácil de lo que parece: un proyecto de un millón de dólares es el equivalente a un Wal-Mart que instala energía solar; un distrito escolar promedio que instala bombas de calor; una ciudad como Peoria, Illinois, que instala faroles LED; el cambio de cincuenta taxis de vehículos a gasolina a coches eléctricos; o cien viviendas que se convierten en eficientes a nivel energético.

 

Hoy en día, casi todas las soluciones para el cambio climático mencionadas anteriormente se pueden vender utilizando la descripción "pague mientras ahorra". Por ahora, la mayoría de las personas han oído hablar de energía solar "sin pago inicial", pero el mismo mecanismo de financiación puede ser utilizado para proyectos de eficiencia energética. Los clientes no pagan absolutamente nada por adelantado y comienzan a ahorrar dinero desde el primer día. Todos los meses, el cliente paga una parte de ese ahorro al inversor, hasta que se haya pagado todo al inversor con intereses. A partir de ese punto, los ahorros los conserva el cliente. 

 

Entonces, ¿es posible cambiar al 100 por ciento de energía renovable para 2030? Si los ciudadanos en las comunidades de todo el país hablan con sus alcaldes, vecinos, amigos, propietarios de negocios locales y todo aquel que quiera escuchar sobre cómo ahorrar dinero con las tecnologías de solución al cambio climático, no solo es posible, sino inevitable. 

 

Jigar Shah es el autor de Creating Climate Wealth: Unlocking the Impact Economy, y el fundador de Sun Edison, la compañía de servicios de energía solar más grande del mundo. Sostiene que un modelo de negocio basado en la energía solar puede desbloquear una oportunidad de inversión de 10 billones de dólares en soluciones de eficiencia de recursos.

 

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